Os presentamos el trabajo realizado por nuestra compañera del
departamento de Musica. María José Vega
Elías. Se trata del “Cuaderno de Bitácora”
que nace desde el deseo de propiciar en los alumnos espacios de atención y de escucha
que el ritmo tan rápido de nuestro modo de vida actual no suele permitir.
Escuchar al otro y escucharnos a nosotros mismo.
Los adolescentes suelen tener dificultades para diferenciar estos
dos ámbitos, el personal y el ajeno, en una etapa de su vida en la que lo importante
es encontrar la propia identidad y nos servimos de nuestros allegados como
espejos en el que aprender a mirarnos. Los profesores, en su labor educativa, tienen
que facilitar a sus alumnos estos espacios de silencio para poder contactar con
su mundo emocional.
Además, la asignatura de música tiene la ventaja de estar en un contacto
continuo con el lenguaje de las emociones, y la canción es el perfume
de la música; en 3,50 minutos podemos vernos reflejarnos en su
carácter, en su mensaje, en la calidad del timbre de una voz, en nuestro
pasado, por los recuerdos que nos trae. Ya que este género iba a ocupar gran
parte de la asignatura durante el primer trimestre, podíamos realizar un
trabajo de profundización a través de ella y así completar los objetivos
propuestos.
Desde las primeras semanas se planteó realizar un diario de clase que a
la vez de permitir recoger la información de la asignatura, nos daba la
oportunidad de reflejar y profundizar en la experiencia vivida en el desarrollo
de las clases.
Con estas intenciones y conectándolo con los objetivos de la
programación se diseñó un proyecto ejecutado en varias fases
Primera fase
Durante el primer trimestre los profesores pretendían
identificar la profundidad con la que el alumno se implica y comprende los
contenidos para determinar hasta donde se podía llegar en el trabajo de aula y
plantear la metodología más acorde al
nivel detectado.
El diario de clase recogía la vida de la
clase. Nos convertimos en “secretarios” tomando apuntes de todo lo nuevo, cada uno a su manera.
La escucha atenta se hace necesaria para resumir, sintetizar, para observar lo
que pasa, para destacar lo más significativo. Con este objetivo propusimos una
serie de preguntas.
1- ¿Qué hemos hecho hoy? Recuerdo cognitivo y selectivo de la información.
2- ¿Puedo decir por qué y para qué hemos hecho estas actividades? Con esta pregunta el profesor podría
evaluar continuamente el nivel de comprensión del alumno de la metodología
empleada.
3- ¿Qué es lo que he aprendido? Aquí se podía destacar lo que consideramos nuevo y lo que parece que ya
quedará fijado porque se ha conectado con otros conocimientos o se puede fijar
más fácilmente si se encuentran conexiones significativas.
4- ¿Qué es lo que me ha gustado más, me ha inquietado, me ha sorprendido,
me ha inspirado...? Esto
sirve para poder identificar con más claridad lo que siento, lo que me gusta, lo que me atrae., etc.
5- ¿Puedo poner un título a la clase? Nos serviría para recoger el perfume de la clase.
En el enlace siguiente podemos ver algunas páginas de los diarios que han
escrito alumnos de los grupos bilingües.
Segunda fase ( 2º trimestre)
Una vez que hemos detectado qué preguntas realmente están
sirviendo para que el alumno profundice en los objetivos, proponemos que sólo escriba lo que le parece
más significativo y que realice un dibujo.
Hemos de decir que el 50% de los alumnos que están trabajando el
diario mejoran la redacción y se centran en su experiencia de clase, siendo
este cuaderno el vehículo ideal para la toma de apuntes y para ser un espejo de
su experiencia personal.
Tercera fase ( Tercer trimestre)- “Las emociones a escena”
Tras la evaluación realizada sobre la marcha del proyecto
detectamos dos situaciones que reclaman una nueva adaptación:
1- En esta
última parte del curso el grupo de
Inteligencia emocional realiza los cursos de formación sobre emociones y Arteterapia que estaban
proyectados. Por supuesto que la formación no cae en saco roto y nos ayuda a
modelar y moldear nuestra forma de ser y estar en clase y nuestra comunicación
con el alumno.
2-
Los alumnos
reclaman una actitud más activa, unos contenidos en los que sentirse más
protagonistas y poder expresarse con mayor contundencia. Quieren volver a
escuchar y analizar las canciones que fueron el material principal durante el primer
trimestre.
Por ello que proponemos actividades que completan los objetivos de
la escritura del diario pero con otro medio y por ello el proyecto llevará un
segundo título: Las emociones a escena
1- Retomamos la canción
como perfume de la música y a través de ella analizamos todos los elementos del
lenguaje musical que hemos ido desgranando a lo largo del curso:
Carácter, tempo, ritmo, contrastes de intensidad, textura, timbre,
agrupaciones instrumentales y/o vocales, identificación de alturas, modos, etc,
pero además, el contenido de cada canción toma una relevancia especial
profundizando en él con preguntas pertinentes.
Preguntas introductorias:
¿Qué frase , verso, de la canción nos resuena con más intensidad?
¿Por qué?
¿Qué mensaje lleva esta canción para nosotros?
Y proponemos estas cuestiones:
1-
¿Podemos
recordar alguna situación que ha sacado nuestro ángel? ¿Qué significa sacar el
ángel?
2-
¿Podemos
recordar alguna situación que ha sacado nuestro demonio?
3-
¿Qué
significa esto para mí?
4-
¿Qué emoción
está relacionada con lo que se llama “demonio”?
5-
¿Cómo es ese
demonio? ¿Cómo lo describe esta canción?
6-
¿Creo que es
un signo de madurez controlar ese demonio?
Algunas de las canciones elegidas por los alumnos nos permiten también
trabajar la expresión corporal.
Cada canción da la oportunidad de comentar muchos aspectos que
tienen que ver con la inteligencia emocional y
abre el camino para expresar nuestro interior. En muchos casos los
alumnos que en principio no son capaces de describir con claridad sus
sensaciones, escuchando a los compañeros se abre la puerta para comenzar a
nombrar y describir.
En clase, como estamos sentados en círculo, a todos se les pide
que pongan un nombre a sus sensaciones.
2-Asímismo, volviendo a los orígenes de este trabajo, sugerimos a
los alumnos la posibilidad de hacer algunas
clases de relajación en las que escuchar músicas que nos ayuden a conectar
con un tempo más humano.
En la evaluación, muchos alumnos manifiestan que el diario les ha
dado la oportunidad de sacar mucho partido a cada clase. Con él se han centrado
más en ella, descubriendo los porqués de las actividades, profundizando en sus
sensaciones y disfrutando de las actividades y de los dibujos que las
sintetizan. Algunos han descubierto su talento para sintetizar con una imagen
lo que han aprendido, y lo necesario que es comunicar con varios lenguajes un
contenido
María José nos expresa su conclusión:
“Puedo decir que la atmósfera activa,
participativa, atenta, apasionada y respetuosa con los otros y con uno mismo es
algo a lo que podemos y debemos llegar, tanto en las clases con los alumnos
como en el centro con nuestros
compañeros”.
Agradece lo vivido, leído y compartido con los compañeros y alumnos
y, especialmente el espacio abierto desde este proyecto de desarrollo de
inteligencia emocional
¡Gracias a
ti, María José por tu profesionalidad, tu entusiasmo y tu implicación
constante!
¡Una bonita y
fructífera experiencia!