martes, 9 de mayo de 2017

Inteligencia emocional y liderazgo: la función de las emociones

Hace algo más de un mes tuvimos la segunda sesión de formación con Alfonso López-Fando.

Comenzamos la sesión con una dinámica que para tomar conciencia y compartir con otro miembro del grupo una situación reciente en la que hubiéramos vivido enfado, miedo, tristeza y alegría. Y cómo solemos reaccionar cuanto experimentamos estas vivencias. El objetivo era darnos cuenta de que todas las emociones están presentes en nuestra vida cotidiana y que en cada uno las expresamos de forma diferente; hay emociones con “las que nos llevamos mejor” que con otras; en ello influye nuestra experiencia personal, familiar y cultural.
A continuación, Alfonso nos explicó que las emociones son energías, como el agua o como la luz y que cada uno tenemos, igual que con estos recursos, necesidades diferentes; Es más, las emociones nos avisan de nuestras necesidades para que realicemos la acción necesaria para satisfacerla. El problema es que cuando no identificamos correctamente la necesidad que nos expresa cada emoción, las acciones que llevemos a cabo no serán satisfactorias y generarán sentimientos de culpa insatisfacción, frustración… y aumentarán las emociones para continuar avisándonos.

A partir de aquí hicimos un repaso de la necesidad que ocultan las emociones básicas:


  • Enfado: sirve para poner limites, para defender nuestro "espacio"
  • Miedo. nos indica la necesidad de protegernos, para poner prudencia
  • Alegría: es señal de que "voy bien"
  • Tristeza: nos ayuda a despedirnos, a superar la perdida
  • Amor: refleja nuestra necesidad de conectarnos, de crear vínculos
  • Vergüenza: sirve para vivir la culpa, saber "cuando he hecho daño"
  • Sorpresa: nos "desajusta", nos ayuda a saber que "no controlo todo"

 A partir de esto,  vimos que sucedía cuando estamos en situación de exceso o de defecto; es decir cuando no conectamos con esa emoción y por tanto con nuestra necesidad, o cuando lo hacemos en exceso. Aprender a regular estas energías es parte del trabajo de la inteligencia emocional

Para nuestra labor docente es fundamental que nos percatemos que hay detrás de los estados emocionales de nuestros alumnos, ayudarles a tomar conciencia de sus necesidades de modo que sus acciones se dirijan en la dirección adecuada para satisfacerlas, Esto, no es posible si nosotros mismos no somos conscientes de nuestras propias necesidades. Podemos perdernos en acciones q nunca nos satisfacen totalmente porque no van al núcleo de nuestra necesidad.


Para poder “conectar mejor con nuestras necesidades” tenemos que empezar a reconocer nuestras emociones y ponerle nombre. Y para ello es fundamental explorar nuestro vocabulario emocional. Buscar los adjetivos que expresen adecuadamente cada uno de nuestros estados emocionales. Es necesario descubrir los matices de cada una de ellas a través de las pistas que me da mi organismo que, a la vez, me servirán para regular adecuadamente el movimiento, la acción necesaria para satisfacer aquello que necesito en cada momento. Nuestro lenguaje emocional es bastante pobre, así que si ampliamos el vocabulario emocional puedo profundizar mejor en lo que necesito. 
Por esto, el trabajo que nos propone Alfonso es el de ampliar nuestro vocabulario emocional; ser conscientes de nuestras emociones y ponerle nombre


En esta lista de las emociones podemos observar una gradación de intensidad, que va de arriba hacia abajo.  Cuando llegamos a las dos últimas palabras estamos ya en una distorsión de la realidad.



1 comentario:

  1. Bienvenida esa distorsión, en dosis reducidas, claro... ;-)

    Una tarde muy productiva e intensa.

    Gracias a tod@s.

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